LA
DANZA DE LOS MIRLOS
“Si no era músico, pude haber sido cineasta”. Me dicen eso y hasta aquí termina mi trabajo. Bajo el micrófono, me voy y dejo que Jorge Rodríguez Grandéz haga lo que siempre hizo en paralelo a su carrera musical, filmar libremente. Esto no sería algo nuevo, darle la cámara al personaje que se retrata es algo que se hace en el cine documental contemporáneo, y aporta muchas betas estéticas, debates y discusiones incluso políticas. Ese momento en que Jorge Rodríguez dice la citada frase, una puerta tentadora se abre frente a nosotros, y se deja pasar para demostrar que lo que se dice y hace frente a cámara son solo piezas de una narrativa, una tuerca gigante que pretende hacer girar un documental. Este testimonio curioso solo sería un poco de aceite en la rechinante rueda.
Así el documental pareciera querer funcionar,
sino como cine, por lo menos como documento histórico. Pero, al mismo tiempo,
las propias filmaciones de Jorge Rodríguez son coloreadas como si spot de faber
castell se tratara. Como si se quisiera dar una cara menos “histórica” y
más “divertida” a aquellas filmaciones granuladas, sepias y temblorosas que
hacía este músico interesado en el autorregistro. Esos colorinches agregados en
post producción parecen querer alinearse al aire fresco de la música mirleana. Pero, todo lo contrario a ese
swing, a esa sabrosura, esas figuras coloridas terminan siendo invasores
repetitivos y vacíos - que para nada son fruto de un esfuerzo reflexivo por
usar este recurso como elemento estético-expresivo, como se hace por ejemplo
con el gift en el hyperarte del espacio digital -. Se evidencia entonces el
intento por querer maquillar de alegre y ligero un documental extremadamente
pesado, o más vilmente, un manotazo ahogado por eliminar todo tufo amateur en
un documental de alta factura. Una puesta en práctica del “nos reservamos el
derecho de admisión” en el cine. Un documental que no se decide si documento
histórico o viaje estético. ¿Híbrido por indecisión? No. Común por cansancio.
Por : Marco Zapata
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