Crítica por Gisella Barthé.
Manco Cápac, es el segundo largometraje de Henry Vallejo, director Puneño, que narra la historia de Elisbán, un joven provinciano que llega a Puno, en la búsqueda de un amigo, que le prometió aposento, y saldar una deuda, así empezaría a buscar un trabajo y cumplir su sueño de estudiar arte.
Esa es la premisa de vida, que el personaje anhela, pero encuentro todo lo contrario.
Evocando sutilmente al neorrealismo de Vittorio de Sica, también trajo a mi mente, no porque sea el Charlot de Charles Chaplin, ni el poco expresivo y frágil Buster Keaton, sino que me hizo asociarlos, por el entusiasmo de no dejarse vencer ante las adversidades.
El largo plano en movimiento que sigue a Elisbán en el bus, llegando a la ciudad, nos presenta un perfil frágil, que desnuda a un personaje indefenso, que le va tocar enfrentarse a una ciudad que le va ser hostil, con sus calles frías, de torrentes lluvias, de plazuelas danzantes, de fiesta populares, pero ausentes para él.
Elisbán es interpretado por Jesús Luque, logrando una actuación naturalista, que genera una tristeza y ternura a la vez, nunca vista en el cine peruano.
El es un foráneo que deambula, duerme en parques, mercados y cajeros, nos muestra la dura realidad de un provinciano a la deriva, que trata de sobrevivir, quizás por la caridad de alguna mujer que lo apoya con un plato de comida, alguno que otro trabajo mal remunerado, siempre intentando buscar su destino, sin perder el entusiasmo y sobre todo la educación latente en él, con una frase sublime y llena de dignidad que acompañó sus travesias: "por favor caballero".
El director Henry Vallejo, nos da una mirada sincera, de este universo sombrío y eso se plasma en la puesta en escena, con planos a distancia que funcionan en la narrativa.
Quizás el trabajo de sonido es imperfecto, pero en lo personal, son nimiedades que no desmerecen la propuesta.
Manco Cápac es una película de un mensaje social potente, es una odisea íntima, donde el ingenio personal se convierte en una metáfora de poder construir tu propio imperio.
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