jueves, 24 de enero de 2019

Entrevista a Mario Castro - Cuaderno de Notas (Volver a lo Primitivo)

Volver a lo primitivo, conversación con Mario Castro Cobos sobre ‘Cuaderno de notas’

Por: Gisella Barthe.


En general siento que es una película algo primaria, con un extraño sentido de la sensibilidad y la curiosidad, una mirada muy extraña,no desagrada, me da la sensación de que el camera-man quedó absorto con tanto material -quizás lo que me incomoda o me lleva a un cuestionamiento es que sentía que la cámara no sabía cuándo parar-que quizás dejó de lado la estética del montaje, siento que debió durar quizás 60 minutos.

Mi deseo, mi necesidad, era, sí, volver a lo ‘primitivo’, al principio del cine, a una hipótesis de pureza de la percepción, al origen. Es decir: una base de registro crudo, puro, duro, y rudo. No hay que olvidar que lo más ‘primitivo’ puede ser valorado ‘dando la vuelta completa’ como sofisticación. A esto se suma cierto conocimiento de la historia del cine… Recordé a Gauguin, diciendo que nuestra civilización es nuestra enfermedad, que tenemos que volver a empezar como niños o como salvajes.

Quise transmitir mi adrenalina, quise abrumar un poco al espectador (como me vi abrumado yo) con un gran caudal de información. Quise que en los movimientos de mi cámara quedasen registradas mis dudas, indecisiones, idas y venidas, tomas y abandonos de posición. El funcionamiento de mi mente-cámara al mirar lo que miraba.

Mi montaje consistió en ordenar planos que casi no corté (unos 80), la mayor parte quedaron tal cual fueron grabados. Decidí respetar mi propio sentido de la duración, o el que imponía el material, hasta cierto punto inconsciente, respeté las variaciones de mi interés por lo que grababa,ypara mí hubo procesos más cortos y otros necesariamente más largos.Me debatí entre Rossellini: “Las cosas están ahí. ¿Por qué manipularlas?” y Eisenstein: “Las cosas están ahí. Hay que manipularlas”.

Siento que es un ensayo fílmico que retrata nuestra querida Lima.

Lo es, y es solo una parte de la ciudad (no la recorrí entera), mi sentimiento de vivir en esta ciudad, mis observaciones o hallazgos en un casi constante juego con lo que se presentaba ante mí.

El filmar gatos y su mirada calmada… sentía un respiro y un enfrentamiento visual.

Hay gatos observadores y gatos observados. Entre ellos y yo hubo un juego de curiosidad, admiración, tensión y distensión. Jugué al gato y al ratón y yo era el gato. La cámara y yo... es también como un gato que se acercó y tomó o intentó la justa distancia. Especulo que a veces miro como perro y a veces como gato.

En general siento a los animales como seres humanos disfrazados y a los humanos como animales disfrazados de humanos. Al unir animales y humanos recupero la perspectiva. Lo que también es una vuelta al origen.


Siento esas presencias femeninas, esos primeros planos que es casi como abordarlas con sutileza.

Hay una mujer que de pronto aparece (en un bar, cómplice, sonriente), hay otra que ha desaparecido (una fotocopia furtivamente pegada en la entrada de la estación del tren), que vi solo en esa foto, hay otra que sonríe divertida o regocijada y en segundos aprecias su reserva y no sabes qué está pensando (medio Gioconda en cierto modo), hay un momento en que dejo de enfocarla (sin cortar) y luego vuelvo a enfocarla, es decir que aparece, desaparece y reaparece.

Y la imagen de la marca de jean que vale 39.90, con esa foto plástica (¿hay una semiótica entre esas imágenes?)

Y justo esta serie de mujeres termina con la foto publicitaria de una modelo. Que no sé si es una aparición o una desaparición -en forma de aparición. Pero es una mujer o una imagen de mujer simplificada en un número; el precio del jean. Los reflejos del plástico transparente que contiene la foto aportan toques bonitos y también algo irónicos. Esta serie observa encantamientos, regocijos, enigmas, dramas y usos comerciales de la figura femenina.

Me gusta que casi después de 20 minutos caóticos, das un respiro de cielos alargando la toma.

Quise que quien viera la película compartiera conmigo la sensación de caos que sentí más de una vez ante los deliciosos y perturbadores estímulos que puede dar a veces la ciudad.El plano del cielo con el cometa (cual pintura japonesa vacía o en blancocon una mancha de tinta) podría ser como el fin (o primer fin) de la película, o un intermedio, o su comienzo. Sí, un descanso, para luego proseguir el juego. Entre sus muchas funciones el espectador podía,durante ese plano, junto con mirar, sentir y pensar o ‘descifrar’ el plano, hacerse un resumen mental de todos los planos vistos hasta ese momento; un sentido global y el sentido de detalles particulares. Y hasta a tratar de adivinar o deducir qué rayos sigue a continuación.

Esas luces con vidrios en diversas formas generan sensaciones agradables.

Antes de Cuaderno de notas pensé en tres nombres para mi película: uno de un verso de Pound: 'Todas las cosas que son son luz' (y los otros:‘El espíritu de los lugares’ y ‘Cada imagen tiene y es un espíritu’. Opté al final por el título más simple.) El acercamiento a una puerta de vidrio no por completotransparente, que se convierte al acercarse en casi solo emisiones de luz, y a velocidad, es de hecho uno de mis planos favoritos. Con medios mínimos y un poco de ingenio se accede a un misterio. Alguien me dijo que esperaba la aparición de un fantasma en ese plano…Y pienso si mi plano le hubiera gustado a Stan Brakhage.

La escena del ciego en silla de ruedas no me gustó (la sentí pornomiseria). No genera nada con la palabra "Revolución".

En el plano que mencionas intenté volver de golpe a una realidad más dura luego de dos planos donde se juega con la belleza de la luz y los vidrios...Fui de lo ‘ligero’ a lo ‘pesado’. No fue un placer para mí ver a ese hombre en esa situación. En este plano y un par semejantes intenté quedarme a ver lo que la mayoría de transeúntes se pasa de largo… Grabé no solo el drama o la tragedia sino también la indiferencia ante éstas, la cual es la verdadera tragedia… la generadora de la tragedia.
La palabra REVOLUCIÓN estaba en un muro a unos metros del hombre. Me topé con eso, no sabía que estaba ahí. Y pienso que o hay revolución o la humanidad será destruida.

El autograbarse sí lo siento un poco cliché (pero es mi punto de vista).

Como bien dijiste, soy un primitivo. Me grabé por error, casi podría decir que es solo otro de los planos con reflejos, no me interesa (al menos esta vez) mi propia imagen directa. Más importante que mostrarme era mostrar mi fusión con la cámara, la pequeña y precaria cámara que usé, las condiciones casi cómicas de producción de la película. Y francamente lo mucho que pude hacer con tan poco.

¿El conejo…? ¿Qué significa? Sentí que la toma era muy larga.

Es una víctima del capitalismo. Un ser bello y libre, atrapado, encerrado, pronto a ser vendido, y con suerte no será comido. Pero su situación se parece a la situación los conejillos humanos que habitan las ciudades ‘humanas’. Quienes lo miran pueden verse entonces reflejados, en más de un sentido. Se den cuenta o no.

Lo más logrado de la película: la calma que transmite, la noche, los colores, el cielo.

Viví momentos plenos. Sabía, aunque no sabía bien cómo, que estaba traduciendo algo muy mío en las imágenes que fui logrando. Y la película mira arriba y abajo, al cielo y la tierra, a lo alto y lo bajo (si hay que llamarlos así porque son parte de lo mismo). Quise la integridad de la experiencia, no solo lo bello o bonito.



Ojo: quiero aclarar que la opinión de "primaria", es que siento que es la visión de un director de cine novel en la narrativa que propone y eso no está mal.

Creo que nos mentimos a nosotros mismos cuando creemos que entendemos. Nos las vemos todo el tiempo con fragmentos,con abismos, inventamos ficciones que nos hacen sentir que sí comprendemos, en ese sentido una narrativa al uso (que tiene atrapada a la mayoría de personas, incluso críticos) es algo de lo que quise escapar.

La obsesión por los maniquíes, o figuras estáticas, muñecos, crean una atmósfera estética en la película. La santa con la bandera nacional y los retro espejos y santos.

‘Cuaderno de notas’ es un juego poético, onírico, realista, de identidades sociales, un juego de dobles, un juego de reflejos, observa sutilezas y brutalidades, velocidades y contemplaciones. Y no carece de ironías. Te digo una. ¿Por qué será que hay tantas figuras de santas o vírgenes como las que grabé en uno de los países campeones en feminicidios?

Casi a los 58 minutos, los niños: colores, vida y la muerte y vuelves a los colores; genera una visión cíclica de la vida.

Son los planos favoritos de mi coeditora. El hombre muerto fue un niño jugando feliz un día. Los niños jugando estarán muertos un día. Y qué es lo que permanece, ¿solo un puñado de imágenes de nuestra conciencia fijadas por una pequeña máquina?

Que sigue con un Jesús en un Súper Combo Chifa a S/.11.50, es la metáfora de lo que es la vida.

El mismo que dijo: coman mi cuerpo y beban mi sangre… lo encontré muy lógico.

El accidente comestible es como un bache visual.

Fue tal vez ‘el’ accidente, en el sentido más literal, de la película. La señora con la chanfainita desparramada en el asfalto y la tapa del desagüe. Su susto y su angustia. Su vulnerabilidad. El cobrador del bus que estuvo cerca de atropellarlaobligado a resarcirla. Es casi periodístico (y se desarrolla como una fábula) aunque mi cámara mantiene una distancia; hace ciertos movimientos que no van con ese formato de reportetelevisivo, y entre lo mejor, soy ignorado casi absolutamente por los actores de la escena que se va desarrollando ante mí. 

Es una película y son varias películas, fragmentos de películas potenciales…

Totalmente de acuerdo.

Dos niños con celular. Dos niñas con libros. Tres niños conglobos rojos. El Imperio Interbank. Un ciego (plano largo). Es una catarsis que acaba en una caja visual. Es una luz de ojo- cine.

Los dos niños con celular son de carne y las dos niñas leyendo son de pintura, sobre una columna. El niño más pequeño de los tres con los globos es el que logra darle al globo los movimientos más encantadores, los dos más grandes ejecutan movimientos más geométricos… Los bancos son los dueños del mundo y nosotros somos los mendigos ciegos. Y en lo específico, en el plano del ciego pidiendo dinero a la gente en sus autos verás que no son los que más tiene quienes le dan alguna moneda…Y el último plano que mencionas, que es el último plano de la película, nos devuelve al misterio, a la imagen dentro de la sala de cine, que es una imagen de la imagen dentro del cerebro, así que a través de la ventanita de la puerta ves la cabeza de una mujer que no sabes bien qué hace…

En general hay un retorno ambiguo en mí, pero siento que Cuaderno de notas puede tener un número 2.

Con material que no formó parte de ‘Cuaderno de notas’ y con material nuevo, estoy terminando una nueva película. Su nombre tentativo es ‘Gracias por la donación’ y sí, será una película hermana o prima de ‘Cuaderno de notas’.


Si el dios desconocido del cine me lo permite, estrenaré tres largos este año.

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